La historia habla poco de él. Es
conocido por su oficio de carpintero pero además también aparece en nuestra
historia por formar parte de la sagrada familia. Su eterno silencio ante lo que
le ocurrió en aquella época o el poco conocimiento que se tiene en la historia
de él, hacen más fundamental su presencia en esta vida, por ello se le conoce
como “santo del silencio”. No conocemos palabras expresadas por él, tan solo
conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre
responsable del bienestar de su amadísima esposa y de su excepcional Hijo. A
pesar de todo eso aparece en todos los misterios sin adoptar todo el
protagonismo que tiene, formó parte de la huida pero simplemente como uno más,
ayudó y educó a su hijo como si fuera suyo y sin embargo no es reconocido en
plenitud. Figura fundamental en todos los nacimientos que cada Navidad
colocamos en nuestra casa. Este hombre con talento y de temperamento humilde y
dócil se vuelve imprescindible en nuestras vidas. Las distintas antítesis de
ciencia y religión podrán decir lo que quieran pero el sentimiento y el
significado de esta figura no pueden ser explicados desde el punto de vista
científico ni religioso.
Cada uno de nosotros tiene su
particular carpintero que dedica su vida para y por nosotros. Desde que nacemos
está a nuestro lado y vive con una idea clara, con un sentimiento que surge de
dentro y que se puede traducir en la emoción de moldear a un hijo. Ataviado con
las herramientas necesarias consiguen formar a sus herederos, a la sangre de su
sangre. En el taller principal donde habita espera ansioso cada día la llegada
de su hijo. Desea saber que nuevas historias le suceden y, si es necesario,
ayudarle en todo lo que le pueda ocurrir. Las herramientas de la sabiduría,
educación, sinceridad, respeto, amor, cariño, confianza, honor, lealtad,
honradez, compromiso, responsabilidad y demás instrumentos y utensilios que se
encuentran en el taller, y que solo él sabe cómo se debe aplicar, forman parte
de nuestro crecimiento.
Tal día como hoy celebramos su
día. Merecido día que requiere mención especial en este blog donde se
concentran las buenas noticias. No hay mejor noticia que saber que día a día
tienes un amigo especial, una persona
que te ayuda, asesora y comparte tus penas, en definitiva, un padre. Algún día
llegará el momento en el que comience a utilizar las herramientas y los métodos
heredados. Para el día que me toque moldear a un hijo solo pido poder hacerlo
la mitad de bien de cómo lo hicieron conmigo. No tengo mejor ídolo que él y
mejor ejemplo a seguir que él, por eso le doy las gracias a ese hombre que
junto a mi madre me vio nacer y junto a ella me ayudo a crecer.
Felicidades.
Cuack!
Bonito escrito y emotivo para los que tenemos la suerte de creer, y de respetar a los que no creen.
ResponderEliminar¡Que dificil es ser buen padre!¡Todos lo pretendemos y nos sacrificamos por la familia!. No todos vemos la responsabilidad de esa función, porque nadie nos ha enseñado. Cuando vemos el fruto de nuestra tarea, es tarde para rectificar, pero nunca es tarde para decirle a los hijos que si hubo excesos de siés, o de noes a sus peticiones, fue por amor. Por no saber, porque igual que se hace camino al andar, se hace uno padre practicando, ejerciéndolo. No vale lo de ayer, todo cambia y hay que actualizarse.
Saludos.