Comercio Justo

Hoy estamos de celebración. Es el día internacional del comercio justo y, después de lo ocurrido reciente en Bangladesh con el derrumbe de aquel edificio provocando la muerte de miles de personas, es cuando toma mayor importancia la acción social del comercio justo.

Pero vayamos por partes, ¿Sabéis que significa comercio justo? Algunos ya lo sabréis pero para quien no lo sepa os comento que es un sistema comercial solidario y alternativo al que muchos conocemos. Su fin básico es perseguir el desarrollo de los pueblos para así poder luchar contra la pobreza y las desigualdades. Tiene varios fundamentos básicos  entre los que destacan: el establecimiento de unas adecuadas condiciones laborales y salariales, la NO explotación infantil (muy afín en países tercermundistas), la igualdad entre hombres y mujeres (muy perseguido también en países desarrollados), y guardar el mayor respeto del medioambiente en la fabricación de productos. Como podéis ver sus premisas básicas son de conocimiento internacional pero de nula aplicación, sobretodo en países subdesarrollados.

En España tenemos la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, en adelante CECJ. Esta plataforma agrupa 30 organizaciones que están vinculadas al concepto de comercio justo. Su principal tarea consiste en dar valor y estimular el sistema comercial alternativo y solidario que se define en este sistema para dar servicio a sus entidades miembro. El CECJ tiene una finalidad máxima que es transformar la realidad social y las reglas del comercio internacional a través de sensibilización, movilización de la sociedad, incidiendo en políticas públicas y fortaleciendo el sector del comercio justo.

La consolidación de la pobreza y el incremento de las desigualdades son los principales factores para que el comercio justo vaya tomando mayor auge. Recordando lo ocurrido en Bangladesh y pensando para quienes trabajaban esas personas, ahora fallecidas, provoca el rechazo por los productos fabricados allí. Mientras grandes empresarios se adjudican estratosféricas sumas de dinero, allí, en Bangladesh, trabajan contradiciendo la totalidad de las premisas que más arriba fundamentan el comercio justo. Hay que combatir esa practica del “injusto comercio” para de esa forma frenar la pobreza y la desigualdad. Lo malo de no luchar por esto es que, por muy exagerado que parezca, este fenómeno del “injusto comercio” se terminará aplicando en países desarrollados, y a las prueba actuales me remito. Colaboremos con el comercio justo en países de pobreza extrema y apliquemos la responsabilidad social corporativa en países al borde del caos.

 Cuack!