martes, 4 de junio de 2013

El recorte más demandado



Educación, sanidad, fomento…todos estos ministerios y otros más están sufriendo el efecto de los recortes. El resultado de malas gestiones anteriores en otros aspectos de la economía, y cuando digo anteriores hay que remontarse casi veinte años atrás, hace que valores básicos del estadio del bienestar se vean afectados por esta palabra de moda. Una palabra que está tomando la costumbre de dañar más que beneficiar. Recortar cualquier instrumento o cosa no tiene porque producir un mal, pero por desgracia para muchos,  ese es el camino que está adoptando este verbo. Una buena práctica del recorte para la buena gestión de los activos y pasivos de nuestro sistema puede llegar a provocar el buen funcionamiento del mismo.

Sabemos, por los discursos de los expertos y por los discursos políticos, que no hay, es decir, que no estamos en una época de bonanza en la que podamos presumir de tener liquidez y solvencia. Además, esto nos está llevando a una rentabilidad del país un poco sospechosa. Por un momento, cualquier español coherente, que hay muchos, sabe que si no hay para gastar es incluso normal utilizar el verbo recortar, pero lo que este español coherente también sabe es que sí se debe utilizar el recorte debería utilizarse para aquello que realmente sobra y que habría que eliminar. Un apartado importante que debería sufrir recortes y que tras varios años de gestión no lo sufren es todo aquello lo relacionado con los partidos políticos. Cada día salen más noticias relacionadas con ellos y el odio y descontento generalizado cada vez es mayor. Todos nos planteamos el origen de la financiación de los partidos o las distintas exenciones y subvenciones que reciben. Mención aparte merece los privilegios que a sus miembros se les otorgan. Inadecuadas dietas por desplazamientos, estratosféricas retribuciones, suprimibles gastos de representación y un sinfín de atribuciones que por las gestiones que hacen deberían de ser recortadas. Incoherencias como que un alcalde de una pequeña localidad cobre más que el presidente del gobierno o que cualquier miembro de una diputación provincial goce del asesoramiento de cuantiosos asesores elegidos a dedo, hacen que el clamor popular por este tipo de práctica sea cada vez más elevado.

Todo este tipo de gestiones, que tienen el agravante de estar recogidos en la ley de partidos políticos, está siendo reprochadas por un amplio sector de españoles cualificados que han elaborado un manifiesto en contra de la ley de partidos. Este manifiesto tiene cuatro promotores: Elisa de la Nuez (licenciada en Derecho), Cesa Molinas (Matemático y Doctor en Economía), Carles Casajuana (Diplomático y escritor) y Luis Garciano (Catedrático en Economía y Estrategia en los departamentos de Administración). Todos ellos, con el apoyo de financieros, filósofos, periodistas, arquitectos, historiadores y sociólogos entre otros, han elaborado un manifiesto  para modificar la nueva ley de partidos. Son muchos los aspectos que proponen, tales como la asiduidad de celebración de los congresos, elección de candidatos, constitución de comisiones indepedendientes o la composición en el congreso. Ya lleva más de 15.000 firmas recogidas en menos de dos semanas y la lectura del manifiesto es bastante interesante. Es hora de que la tijera que está recortando necesidades básicas de los españoles recorte los privilegios de los causantes de esta crisis.

Cuack!





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