Últimamente es el país de moda.
Suiza se ha convertido en este tiempo en un país que aporta al resto del mundo
algo más que un chocolate exquisito o una precisión relojera única. Este país
está en boca de los españoles por su cercana influencia con el caso de
corrupción más famoso y escandaloso de toda la democracia, el caso Bárcenas. Es
sabido ya por los lectores que este país es un paraíso fiscal pero para
aquellos que no sepan lo que esto significa se puede decir que un paraíso fiscal
es un territorio que aplica un régimen tributario favorable a todo aquel
ciudadano o empresa que no resida allí. Este tipo de ventaja consiste,
básicamente, en una exención total o reducción significativa del pago de los
principales impuestos.
A pesar de esto, Suiza se
caracteriza por ser un país con una política bien distinta a la española. Es
una republica democrática parlamentaria federal pluripartidista, bastante largo
de definir pero que se caracteriza, entre otras cosas, por someter de forma
obligatoria a referéndum cualquier cambio en la constitución. Para realizar
cualquier cambio en una ley se debe solicitar la celebración de un referéndum y
a través de ellos los ciudadanos pueden impugnar cualquier ley votada por el
Parlamento Federal y, por medio de iniciativas, introducir enmiendas a la
constitución federal. Esta práctica lleva a Suiza a ser uno de los Estados más
próximo a una democracia directa. Pues bien, una vez conocida la política del
país suizo les voy a contar la historia de David Roth.
Este joven suizo de 28 años ha
sido capaz de poner en jaque a toda la clase política y empresarial de su país al
proponer una polémica y honrada iniciativa denominada 1:12. Con ella pretende
poner coto a los astronómicos salarios de los ejecutivos de su país. Muchos
suizos empezaron a preguntarse por qué los directivos de una empresa rescatada
cobraban bonus mientras esta había sido intervenida, la duda es bastante
razonable y tras ello Roth pensó que había que poner un tope y limitar esos
pagos. Para este joven socialista que dejó aparcados sus estudios de filosofía
para dedicarse a la política le pareció razonable que ningún empleado de una
empresa ganase en un mes más que cualquier otro en un año. La propuesta tuvo
éxito entre los ciudadanos suizos y consiguió recoger más de 100.000 firmas
para que su texto llegara al Parlamento. Ante esto, la patronal y las grandes
empresas no ocultan su miedo ya que la propuesta de Roth es más contundente que
anteriores iniciativas, sobre todo teniendo en cuenta que la relación entre lo que cobra el
ejecutivo mejor pagado y el empleado con más baja remuneración supera con
holgura el 100 a 1.
Mientras tanto en España, Gobierno
y patronal prefieren bajar los salarios y modificar los tipos de contratos para
llegar a la mayor precariedad posible. Con la ayuda del FMI, que también
propone la bajada de salarios en un 10%, al final conseguirán ahogar más a la
clase media mientras ellos siguen enriqueciéndose. La clave no está solo en
trabajar más para ser más productivos sino en equiparar las desigualdades en la
mayoría de los salarios públicos y privados. Existen soluciones, solo basta con
querer aplicarlas.
Cuack!
FUENTE: EL PAIS
Eso entiendo que se referirá a empresas públicas. En una empresa privada, el jefe tiene derecho a ganar como 200 veces más que cualquiera de sus trabajadores si le apetece, que para eso la empresa es suya. Y si algún empleado no está de acuerdo con lo que gana el hombre que le está dando trabajo, que coja la puerta y se vaya a su casa.
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