El fenómeno Bergoglio

Distinto a otros. Esa es la primera afirmación que podemos desprender cuando nos preguntan por el Papa Francisco. Las declaraciones y gestos que realiza es lo que nos permite poder decir que estamos ante un Pontífice diferente a los que hemos tenido. Con independencia de si una persona es creyente o no, podemos decir que Francisco ha venido para modificar la imagen que se tiene de la Iglesia con actos muy distintos a los que estamos acostumbrados.

Con declaraciones contundentes donde por ejemplo, incita a los jóvenes a luchar por las desigualdades, muestra su apoyo a las personas homosexuales en la forma en que indica que él no es nadie para decidir si una persona gay puede o no servir a la iglesia o, la última, incidir en que la corte Vaticana es la lepra de la Iglesia, lo cierto es que Francisco está provocando un boom en el mundo cristiano. Algunos dicen que sus formas no son las adecuadas y otro sin embargo aplauden sus iniciativas. Creyente o no, sus declaraciones sorprenden a todos. Gestos como rezar junto a sus empleados en el último banco de la Iglesia, renunciar al papa móvil o saltarse las medidas de seguridad para abrazar y saludar a los creyentes, engrandecen una figura castigada en estos últimos años. Casos de pedofilia, maltratos y abusos e incluso corrupción política ha desdibujado la Iglesia hacia una imagen poco atractiva e incluso dañina. También es cierto que la Iglesia ayuda, tanto que en muchas ciudades y pueblos sin la Iglesia muchos desfavorecidos no podrían seguir viviendo.

Francisco sabe la importancia de las redes sociales y por ello  es diferente hasta en eso. Tener un Papa tan tuitero nos muestra lo involucrado que está en la sociedad y, en consecuencia, en la realidad. La Iglesia anunciada en el Evangelio es la que Francisco quiere mostrar. Ayudando a los desfavorecidos y dejando atrás su marcado carácter ideológico y político, Bergoglio quiere enseñar el verdadero camino que la Iglesia debe seguir. Alegrémonos por este nuevo Papa que desea cambiar la Iglesia para enfocarla en lo verdaderamente necesario, la ayuda al prójimo.

Cuack!