Aunque algunos piensen que ya hemos salido de
la crisis basta con leer los datos generales y estadísticos de los últimos
meses para ver que no, que seguimos asumidos en un periodo de actuales
sensaciones extrañas y futuras inciertas. Es sabido que el censo del país
disminuye y que uno de los motivos no es solo que los inmigrantes vuelven a su
país de origen. También es al contrario. Cada vez son más los que salen de
España para intentar triunfar en el extranjero. Aún así, las oportunidades que
el territorio ajeno ofrece no varían mucho de las que actualmente presiden en
nuestro país y la fuerza del trabajador español va tomando más fuerzas.
Como consecuencia de esto último, las injustas
condiciones laborales, nace GAS. Estas siglas corresponden al Grupo de Acción
Sindical pensada para servir de conexión entre los trabajadores que sufren
abusos en el país al que acaban de llegar y los sindicatos alemanes. Este país,
Alemanía, es el primero en conocer un grupo sindicalista español que se crea en
su propio país debido a las injustas relaciones que sufren todos aquellos que
llegan. Forzados por la crisis partieron de España en busca del “paraíso alemán”
pero allí se encontraron con abusos y sueldos sensiblemente inferiores a los
que reciben los empleados locales. Hablamos de diferencia laborales con los
alemanes por ser de otro país. Situaciones como el de las enfermeras que cobran
la mitad que sus compañeras alemanas y a las que no les dejan hacer pausas en
jornadas de 12 horas o trabajadores de innovadoras empresas que pagan 300 euros
por una jornada completa son algunas de las tantas historias que han forzado la
creación de este sindicato ligado a jóvenes del movimiento 15-M. En sus inicios
se denominaban “oficina precaria” y estaban para dar información sobre trámites
burocráticos pero ante la falta de apoyo laboral decidieron crear GAS.
El objetivo de GAS es que la gente se
organice en sus trabajos e indagar para ver quién es susceptible de hacer
acción sindical en grupo. Los miembros de este grupo sindical afirman que la
reacción del sindicato Verdi, el segundo más grande en Alemanía, ha sido muy
positiva. Ambas han editado folletos en castellano para reclamar, entre otras
cosas, un mismo salario por el mismo trabajo y la misma cualificación. La voluntad
de ayuda de este grupo de jóvenes españoles es muy digna, tanta como las
condiciones de igualdad que piden por trabajar en un país miembro de la Unión
Europea.
Cuack!
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